27 y también las tropas de la tribu de Neftalí, dirigidas por Ahira, hijo de Enán.
28 En ese orden marchaban los israelitas, división por división.
29 Un día Moisés le dijo a su cuñado Hobab, hijo de Reuel, el madianita:—Vamos en camino al lugar que el Señor nos prometió, porque él nos dijo: “Yo se lo daré a ustedes”. Ven con nosotros y te trataremos bien, porque el Señor ha prometido maravillosas bendiciones para Israel.
30 —No, no iré —respondió Hobab—. Debo regresar a mi propia tierra y a mi familia.
31 —Por favor, no nos dejes —rogó Moisés—. Tú conoces los lugares del desierto donde debemos acampar. Ven, sé nuestro guía.
32 Si vienes con nosotros, compartiremos contigo todas las bendiciones que el Señor nos dará.
33 Así que después de salir del monte del Señor, marcharon por tres días; y el arca del pacto del Señor iba delante de ellos para indicarles dónde detenerse y descansar.