25 Entonces Balac le dijo a Balaam:—Está bien si no los maldices, ¡pero al menos no los bendigas!
26 Así que Balaam le respondió a Balac:—¿No te dije que sólo podía hacer lo que el Señor me indicara?
27 Entonces el rey Balac le dijo a Balaam:—Ven, te llevaré a un lugar más. Quizá esto agrade a Dios y te permita maldecirlos desde allí.
28 Así que Balac llevó a Balaam a la cima del monte Peor, con vista a la tierra baldía.
29 Allí Balaam le dijo de nuevo a Balac:—Constrúyeme siete altares y prepara siete becerros y siete carneros para que yo los sacrifique.
30 Entonces Balac hizo lo que Balaam le pidió y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.