9 Todas las ofrendas sagradas que los israelitas lleven a un sacerdote le pertenecen a él.
10 Cada sacerdote puede quedarse con todos los donativos sagrados que reciba».
11 El Señor le dijo a Moisés:
12 «Da al pueblo de Israel las siguientes instrucciones: supongamos que la esposa de un hombre se descarría y le es infiel a su marido,
13 y tiene relaciones sexuales con otro hombre sin que lo sepa su esposo ni nadie más. Ella se contaminó aunque no hubo testigos y no fue sorprendida en el acto.
14 Si su esposo siente celos, y sospecha de ella y necesita saber si ella se ha contaminado o no,
15 el esposo debe llevarla al sacerdote. También presentará por ella una ofrenda de dos kilos de harina de cebada. No debe mezclarse con aceite de oliva ni incienso, porque se trata de una ofrenda de celos para demostrar si ella es o no culpable.