5 Entonces Booz le preguntó a su capataz:—¿Quién es esa joven que veo allá? ¿De quién es?
6 Y el capataz le contestó:—Es la joven moabita que volvió con Noemí.
7 Esta mañana me pidió permiso para recoger grano detrás de los segadores. Desde que llegó no ha dejado de trabajar con esmero, excepto por unos momentos de descanso en el refugio.
8 Booz se acercó a Rut y le dijo:—Escucha, hija mía. Quédate aquí mismo con nosotros cuando recojas grano; no vayas a ningún otro campo. Sigue muy de cerca a las jóvenes que trabajan en mi campo.
9 Fíjate en qué parcela están cosechando y síguelas. Advertí a los hombres que no te traten mal. Y cuando tengas sed, sírvete del agua que hayan sacado del pozo.
10 Entonces Rut cayó a sus pies muy agradecida.—¿Qué he hecho para merecer tanta bondad? —le preguntó—. No soy más que una extranjera.
11 —Sí, lo sé —respondió Booz—; pero también sé todo lo que has hecho por tu suegra desde la muerte de tu esposo. He oído que dejaste a tu padre y a tu madre, y a tu tierra natal, para vivir aquí entre gente totalmente desconocida.