14 También Judá peleará en Jerusalén. Tomarán las riquezas de todas las naciones vecinas: grandes cantidades de oro, plata y ropa costosa.
15 Esta misma plaga atacará a caballos, mulas, camellos, asnos y demás animales de los campos enemigos.
16 A fin de cuentas, los enemigos de Jerusalén que sobrevivan a la plaga, subirán a Jerusalén cada año para adorar al Rey, el Señor de los Ejércitos Celestiales, y para celebrar el Festival de las Enramadas.
17 Toda nación que se niegue a ir a Jerusalén para adorar al Rey, el Señor de los Ejércitos Celestiales, no recibirá lluvia.
18 Si el pueblo de Egipto se niega a asistir al festival, el Señor lo castigará con la misma plaga que envió sobre las otras naciones que se negaron a ir.
19 Egipto y las demás naciones serán castigadas si no van para celebrar el Festival de las Enramadas.
20 En aquel día hasta en los cascabeles del arnés de los caballos se inscribirán estas palabras: Santo para el Señor. Las ollas de cocina en el templo del Señor serán tan sagradas como los tazones que se usan al lado del altar.