5 Luego yo dije: «Deben también colocarle un turbante limpio en la cabeza». Así que ellos le pusieron en la cabeza un turbante sacerdotal limpio y lo vistieron de ropas nuevas, mientras el ángel del Señor permanecía cerca.
6 Entonces el ángel del Señor habló solemnemente a Jesúa y le dijo:
7 «El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: “Si tú sigues mis caminos y me sirves con cuidado, recibirás autoridad sobre mi templo y sus atrios. Permitiré que camines entre los otros que están aquí.
8 »”Escúchenme, oh Jesúa, sumo sacerdote, y ustedes los demás sacerdotes. Ustedes son símbolos de lo que está por venir. Pronto traeré a mi siervo llamado el Retoño.
9 Miren ahora la joya que he puesto ante Jesúa, una sola piedra con siete facetas. Grabaré una inscripción en ella —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales— y en un solo día quitaré los pecados de esta tierra.
10 »”En ese día —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales— cada uno invitará a su vecino a sentarse en paz bajo sus propias vides e higueras”».