1 ¡Que el amor sea su meta más alta! Pero también deberían desear las capacidades especiales que da el Espíritu, sobre todo la capacidad de profetizar.
2 Pues, si alguien tiene la capacidad de hablar en lenguas, le hablará sólo a Dios, dado que la gente no podrá entenderle. Hablará por el poder del Espíritu, pero todo será un misterio.
3 En cambio, el que profetiza fortalece a otros, los anima y los consuela.
4 La persona que habla en lenguas se fortalece a sí misma, pero el que dice una palabra de profecía fortalece a toda la iglesia.
5 Yo desearía que todos pudieran hablar en lenguas, pero más aún me gustaría que todos pudieran profetizar. Pues la profecía es superior que hablar en lenguas, a menos que alguien interprete lo que se dice, para que toda la iglesia se fortalezca.
6 Amados hermanos, si yo fuera a visitarlos y les hablara en un idioma desconocido, ¿de qué les serviría a ustedes? En cambio, si les llevo una revelación o un conocimiento especial o una profecía o una enseñanza, eso sí les sería de ayuda.