1 La siguiente declaración es digna de confianza: «Si alguno aspira a ocupar el cargo de anciano en la iglesia, desea una posición honorable».
2 Por esta razón un anciano debe ser un hombre que lleve una vida intachable. Debe serle fiel a su esposa. Debe tener control propio, vivir sabiamente y tener una buena reputación. Con agrado debe recibir visitas y huéspedes en su casa y también debe tener la capacidad de enseñar.
3 No debe emborracharse ni ser violento. Debe ser amable, no debe buscar pleitos ni amar el dinero.
4 Debe dirigir bien a su propia familia, y que sus hijos lo respeten y lo obedezcan.
5 Pues, si un hombre no puede dirigir a los de su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?