15 Efectivamente, incluso hoy en día, cuando leen los escritos de Moisés, tienen el corazón cubierto con ese velo y no comprenden.
16 En cambio, cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado.
17 Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
18 Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.