10 Aterrorizados por su gran tormento, los reyes del mundo se mantendrán a distancia y clamarán:«¡Qué terrible, qué terrible para ti,oh Babilonia, tú, gran ciudad!En un solo instanteel juicio de Dios cayó sobre ti».
11 Los comerciantes del mundo llorarán y se lamentarán por ella, porque ya no queda nadie que les compre sus mercaderías.
12 Ella compró grandes cantidades de oro, plata, joyas y perlas; lino de la más alta calidad, púrpura, seda y tela de color escarlata; objetos hechos con la fragante madera de alerce, artículos de marfil y objetos hechos con madera costosa; y bronce, hierro y mármol.
13 También compró canela, especias, especias aromáticas, mirra, incienso, vino, aceite de oliva, harina refinada, trigo, ganado, ovejas, caballos, carruajes y cuerpos, es decir, esclavos humanos.
14 «De las delicias que tanto amabasya no queda nada —claman los comerciantes—.Todos tus lujos y el esplendorse han ido para siemprey ya nunca volverán a ser tuyos».
15 Los comerciantes que se enriquecieron vendiéndole esas cosas, se mantendrán a distancia, aterrados por el gran tormento de ella. Llorarán y clamarán:
16 «¡Qué terrible, qué terrible para esa gran ciudad!¡Ella se vestía de púrpura de la más alta calidad y lino escarlata,adornada con oro, piedras preciosas y perlas!