6 Finalizada la Pascua, subimos a un barco en Filipos de Macedonia y, cinco días después, nos reencontramos con ellos en Troas, donde nos quedamos una semana.
7 El primer día de la semana, nos reunimos con los creyentes locales para participar de la Cena del Señor. Pablo les estaba predicando y, como iba a viajar el día siguiente, siguió hablando hasta la medianoche.
8 El cuarto de la planta alta, donde nos reuníamos, estaba iluminado con muchas lámparas que titilaban.
9 Como Pablo hablaba y hablaba, a un joven llamado Eutico, que estaba sentado en el borde de la ventana, le dio mucho sueño. Finalmente se quedó profundamente dormido y se cayó desde el tercer piso y murió.
10 Pablo bajó, se inclinó sobre él y lo tomó en sus brazos. «No se preocupen —les dijo—, ¡está vivo!».
11 Entonces todos regresaron al cuarto de arriba, participaron de la Cena del Señor y comieron juntos. Pablo siguió hablándoles hasta el amanecer y luego se fue.
12 Mientras tanto, llevaron al joven a su casa ileso y todos sintieron un gran alivio.