5 Hemos descubierto que este hombre es un alborotador que constantemente provoca disturbios entre los judíos por todo el mundo. Es un cabecilla de la secta conocida como “los nazarenos”.
6 Además, trataba de profanar el templo cuando lo arrestamos.
8 Puede averiguar la veracidad de nuestras acusaciones si lo interroga usted mismo».
9 Así que los demás judíos intervinieron, declarando que todo lo que Tértulo había dicho era cierto.
10 Entonces el gobernador le hizo una seña a Pablo para que hablara. Y Pablo dijo: «Yo sé, señor, que usted ha sido juez de asuntos judíos durante muchos años, por lo tanto, presento con gusto mi defensa ante usted.
11 Con facilidad puede averiguar que llegué a Jerusalén hace no más de doce días para adorar en el templo.
12 Los que me acusan nunca me encontraron discutiendo con nadie en el templo ni provocando disturbios en ninguna sinagoga o en las calles de la ciudad.