39 Una vez más trataron de arrestarlo, pero él se escapó y los dejó.
40 Se fue al otro lado del río Jordán, cerca del lugar donde Juan bautizaba al principio, y se quedó un tiempo allí.
41 Y muchos lo siguieron. «Juan no hacía señales milagrosas —se comentaban unos a otros—, pero todo lo que dijo acerca de este hombre resultó ser cierto».
42 Y muchos de los que estaban allí creyeron en Jesús.