7 Jesús respondió: «Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi entierro.
8 Siempre habrá pobres entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán».
9 Cuando todos los habitantes de esa región se enteraron de que Jesús había llegado, corrieron en masa para verlo a él y también a Lázaro, el hombre al que Jesús había resucitado de los muertos.
10 Entonces los principales sacerdotes decidieron matar a Lázaro también,
11 ya que, por causa de él, muchos los habían abandonado a ellos y ahora creían en Jesús.
12 Al día siguiente, la noticia de que Jesús iba camino a Jerusalén corrió por toda la ciudad. Una gran multitud de visitantes que habían venido para la Pascua
13 tomaron ramas de palmera y salieron al camino para recibirlo. Gritaban:«¡Alabado sea Dios!¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor!¡Viva el Rey de Israel!».