5 Les preguntó:—Amigos, ¿pescaron algo?—No —contestaron ellos.
6 Entonces él dijo:—¡Echen la red a la derecha de la barca y tendrán pesca!Ellos lo hicieron y no podían sacar la red por la gran cantidad de peces que contenía.
7 Entonces el discípulo a quien Jesús amaba le dijo a Pedro: «¡Es el Señor!». Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se puso la túnica (porque se la había quitado para trabajar), se tiró al agua y se dirigió hacia la orilla.
8 Los otros se quedaron en la barca y arrastraron la pesada red llena de pescados hasta la orilla, porque estaban solo a unos noventa metros de la playa.
9 Cuando llegaron, encontraron el desayuno preparado para ellos: pescado a la brasa y pan.
10 «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar», dijo Jesús.
11 Así que Simón Pedro subió a la barca y arrastró la red hasta la orilla. Había 153 pescados grandes, y aun así la red no se había roto.