59 Jesús dijo esas cosas mientras enseñaba en la sinagoga de Capernaúm.
60 Muchos de sus discípulos decían: «Esto es muy difícil de entender. ¿Cómo puede alguien aceptarlo?».
61 Jesús estaba consciente de que sus discípulos se quejaban, así que les dijo: «¿Acaso esto los ofende?
62 ¿Qué pensarán, entonces, si ven al Hijo del Hombre ascender al cielo otra vez?
63 Solo el Espíritu da vida eterna; los esfuerzos humanos no logran nada. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida,
64 pero algunos de ustedes no me creen». (Pues Jesús sabía, desde un principio, quiénes eran los que no creían y también quién lo traicionaría).
65 Entonces les dijo: «Por eso dije que nadie puede venir a mí a menos que el Padre me lo entregue».