37 —Ya lo has visto —le dijo Jesús—, ¡y está hablando contigo!
38 —¡Sí, Señor, creo! —dijo el hombre. Y adoró a Jesús.
39 Entonces Jesús le dijo:—Yo entré en este mundo para hacer juicio, para dar vista a los ciegos y para demostrarles a los que creen que ven, que, en realidad, son ciegos.
40 Algunos fariseos que estaban cerca lo oyeron y le preguntaron:—¿Estás diciendo que nosotros somos ciegos?
41 —Si fueran ciegos, no serían culpables —contestó Jesús—, pero siguen siendo culpables porque afirman que pueden ver.