10 Fueron María Magdalena, Juana, María la madre de Santiago y varias mujeres más quienes contaron a los apóstoles lo que pasó.
11 Pero a los hombres el relato les pareció una tontería, y no les creyeron.
12 Sin embargo, Pedro se levantó de un salto y corrió a la tumba para ver por sí mismo. Agachándose, miró hacia adentro y vio solo los lienzos de lino, vacíos; luego regresó a la casa, preguntándose qué habría ocurrido.
13 Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban camino al pueblo de Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén.
14 Al ir caminando, hablaban acerca de las cosas que habían sucedido.
15 Mientras conversaban y hablaban, de pronto Jesús mismo se apareció y comenzó a caminar con ellos;
16 pero Dios impidió que lo reconocieran.