17 —Bien —dijo Jesús—, entonces den al César lo que pertenece al César y den a Dios lo que pertenece a Dios.Su respuesta los dejó totalmente asombrados.
18 Después se acercaron a Jesús algunos saduceos, líderes religiosos que dicen que no hay resurrección después de la muerte. Le plantearon la siguiente pregunta:
19 —Maestro, Moisés nos dio una ley que dice que, si un hombre muere y deja a una esposa sin hijos, su hermano debe casarse con la viuda y darle un hijo para que el nombre del hermano continúe.
20 Ahora bien, supongamos que había siete hermanos. El mayor se casó y murió sin dejar hijos.
21 Entonces el segundo hermano se casó con la viuda, pero también murió sin dejar hijos. Luego el tercer hermano se casó con ella.
22 Lo mismo sucedió con los siete y aún no había hijos. Por último, la mujer también murió.
23 Entonces dinos, ¿de quién será esposa en la resurrección? Pues los siete estuvieron casados con ella.