11 Cuando los arresten y los sometan a juicio, no se preocupen de antemano por lo que van a decir. Solo hablen lo que Dios les diga en ese momento, porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo.
12 »Un hermano traicionará a muerte a su hermano, un padre traicionará a su propio hijo, y los hijos se rebelarán contra sus padres y harán que los maten.
13 Todos los odiarán a ustedes por ser mis seguidores, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.
14 »Llegará el día cuando verán el objeto sacrílego que causa profanación de pie en un lugar donde él no debe estar. (Lector, ¡presta atención!). Entonces los que estén en Judea huyan a las colinas.
15 La persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar.
16 El que esté en el campo no regrese ni para buscar un abrigo.
17 ¡Qué terribles serán esos días para las mujeres embarazadas y para las madres que amamantan!