9 «¿Quieren que les deje en libertad a este “rey de los judíos”?», preguntó Pilato.
10 (Pues ya se había dado cuenta de que los principales sacerdotes habían arrestado a Jesús por envidia).
11 Sin embargo, en ese momento, los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que exigiera la libertad de Barrabás en lugar de la de Jesús.
12 Pilato les preguntó:—Entonces, ¿qué hago con este hombre al que ustedes llaman rey de los judíos?
13 —¡Crucifícalo! —le contestaron a gritos.
14 —¿Por qué? —insistió Pilato—. ¿Qué crimen ha cometido?Pero la turba rugió aún más fuerte:—¡Crucifícalo!
15 Entonces Pilato, para calmar a la multitud, dejó a Barrabás en libertad. Y mandó azotar a Jesús con un látigo que tenía puntas de plomo, y después lo entregó a los soldados romanos para que lo crucificaran.