26 Pero entre ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes deberá ser sirviente,
27 y el que quiera ser el primero entre ustedes deberá convertirse en esclavo.
28 Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos».
29 Mientras Jesús y sus discípulos salían de la ciudad de Jericó, una gran multitud los seguía.
30 Dos hombres ciegos estaban sentados junto al camino. Cuando oyeron que Jesús venía en dirección a ellos, comenzaron a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!».
31 «¡Cállense!», les gritó la multitud.Sin embargo, los dos ciegos gritaban aún más fuerte: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!».
32 Cuando Jesús los oyó, se detuvo y los llamó:—¿Qué quieren que haga por ustedes?