7 Luego de discutir unos instantes, finalmente decidieron comprar el campo del alfarero y convertirlo en un cementerio para extranjeros.
8 Por eso todavía se llama el Campo de Sangre.
9 Así se cumplió la profecía de Jeremías que dice:«Tomaron las treinta piezas de plata—el precio que el pueblo de Israel le puso a él—
10 y compraron el campo del alfarero,como indicó el Señor».
11 Jesús se encontraba frente a Pilato, el gobernador romano.—¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó el gobernador.—Tú lo has dicho —contestó Jesús.
12 Entonces, cuando los principales sacerdotes y los ancianos presentaron sus acusaciones contra él, Jesús guardó silencio.
13 —¿No oyes todas las acusaciones que presentan en tu contra? —le preguntó Pilato.