8 Eso significa que no todos los descendientes naturales de Abraham son necesariamente hijos de Dios. Solo los hijos de la promesa son considerados hijos de Abraham;
9 pues Dios había prometido: «Volveré dentro de un año, y Sara tendrá un hijo».
10 Ese hijo fue nuestro antepasado Isaac. Cuando se casó con Rebeca, ella dio a luz mellizos.
11 Sin embargo, antes de que nacieran, antes de que pudieran hacer algo bueno o malo, ella recibió un mensaje de Dios. (Este mensaje demuestra que Dios elige a la gente según sus propósitos;
12 él llama a las personas, pero no según las buenas o malas acciones que hayan hecho). Se le dijo: «Tu hijo mayor servirá a tu hijo menor».
13 Como dicen las Escrituras: «Amé a Jacob, pero rechacé a Esaú».
14 ¿Estamos diciendo, entonces, que Dios fue injusto? ¡Por supuesto que no!