14 Así que David volvió a consultar a Dios, y él le contestó:—No los ataques de frente, sino rodéalos hasta llegar a los árboles de bálsamo, y entonces atácalos por la retaguardia.
15 Tan pronto como oigas un ruido como de pasos sobre las copas de los árboles, atácalos, pues eso quiere decir que Dios va al frente de ti para derrotar al ejército filisteo.
16 Así lo hizo David, tal como Dios se lo había ordenado, y derrotaron al ejército filisteo desde Gabaón hasta Guézer.
17 La fama de David se extendió por todas las regiones, y el Señor hizo que todos los pueblos le tuvieran miedo.