12 Entonces los soldados de la guarnición les gritaron a Jonatán y a su escudero:—¡Vengan acá! Tenemos algo que decirles.—Ven conmigo —le dijo Jonatán a su escudero—, porque el Señor le ha dado la victoria a Israel.
13 Jonatán trepó con pies y manos, seguido por su escudero. A los filisteos que eran derribados por Jonatán, el escudero los remataba.
14 En ese primer encuentro, que tuvo lugar en un espacio reducido, Jonatán y su escudero mataron a unos veinte hombres.
15 Cundió entonces el pánico en el campamento filisteo y entre el ejército que estaba en el campo abierto. Todos ellos se acobardaron, incluso los soldados de la guarnición y las tropas de asalto. Hasta la tierra tembló, y hubo un pánico extraordinario.
16 Desde Guibeá de Benjamín, los centinelas de Saúl podían ver que el campamento huía en desbandada.
17 Saúl dijo entonces a sus soldados: «Pasen revista, a ver quién de los nuestros falta.» Así lo hicieron, y resultó que faltaban Jonatán y su escudero.
18 Entonces Saúl le pidió a Ahías que trajera el arca de Dios. (En aquel tiempo el arca estaba con los israelitas.)