4 Josafat se estableció en Jerusalén, pero volvió a visitar al pueblo, desde Berseba hasta los montes de Efraín, para hacerlo volver al Señor, Dios de sus antepasados.
5 En cada una de las ciudades fortificadas de Judá nombró jueces
6 y les advirtió: «Tengan mucho cuidado con lo que hacen, pues su autoridad no proviene de un hombre, sino del Señor, que estará con ustedes cuando impartan justicia.
7 Por eso, teman al Señor y tengan cuidado con lo que hacen, porque el Señor nuestro Dios no admite la injusticia ni la parcialidad ni el soborno.»
8 En Jerusalén, Josafat designó también a levitas, sacerdotes y jefes de las familias patriarcales de Israel, para que administraran la ley del Señor y resolvieran pleitos. Éstos vivían en Jerusalén.
9 Josafat les ordenó: «Ustedes actuarán con fidelidad e integridad, bajo el temor del Señor.
10 Cuando sus compatriotas vengan de las ciudades y sometan al juicio de ustedes casos de violencia, o algún otro asunto concerniente a la ley, los mandamientos, los estatutos y los juicios, ustedes les advertirán que no pequen contra el Señor, para que su ira no caiga sobre ustedes y sobre ellos. Si así lo hacen, no serán culpables.