16 De regreso, al ver los sepulcros que había en la colina, Josías mandó que recogieran los huesos y los quemaran en el altar para profanarlo, cumpliendo así la palabra del Señor que el hombre de Dios había comunicado cuando anunció estas cosas.
17 Luego el rey preguntó:—¿De quién es ese monumento que veo allá?Y los habitantes de la ciudad le contestaron:—Es el sepulcro del hombre de Dios que vino desde Judá, y que pronunció contra el altar de Betel lo que Su Majestad acaba de hacer.
18 —Déjenlo, pues —replicó el rey—; que nadie mueva sus huesos.Fue así como se conservaron sus huesos junto con los del profeta que había venido de Samaria.
19 Tal como lo hizo en Betel, Josías eliminó todos los santuarios paganos que los reyes de Israel habían construido en las ciudades de Samaria, con los que provocaron la ira del Señor.
20 Finalmente, mató sobre los altares a todos los sacerdotes de aquellos santuarios, y encima de ellos quemó huesos humanos. Entonces regresó a Jerusalén.
21 Después el rey dio esta orden al pueblo:—Celebren la Pascua del Señor su Dios, según está escrito en este libro del pacto.
22 Desde la época de los jueces que gobernaron a Israel hasta la de los reyes de Israel y de Judá, no se había celebrado una Pascua semejante.