3 Pero uno de ellos le pidió:—Acompañe usted, por favor, a sus servidores.Eliseo consintió
4 en acompañarlos, y cuando llegaron al Jordán empezaron a cortar árboles.
5 De pronto, al cortar un tronco, a uno de los profetas se le zafó el hacha y se le cayó al río.—¡Ay, maestro! —gritó—. ¡Esa hacha no era mía!
6 —¿Dónde cayó? —preguntó el hombre de Dios.Cuando se le indicó el lugar, Eliseo cortó un palo y, echándolo allí, hizo que el hacha saliera a flote.
7 —Sácala —ordenó Eliseo.Así que el hombre extendió el brazo y la sacó.
8 El rey de Siria, que estaba en guerra con Israel, deliberó con sus ministros y les dijo: «Vamos a acampar en tal lugar.»
9 Pero el hombre de Dios le envió este mensaje al rey de Israel: «Procura no pasar por este sitio, pues los sirios te han tendido allí una emboscada.»