22 —Tome Su Majestad y presente como ofrenda lo que mejor le parezca. Aquí hay bueyes para el holocausto, y hay también trillos y yuntas que usted puede usar como leña.
23 Todo esto se lo doy a usted. ¡Que el Señor su Dios vea a Su Majestad con agrado!
24 Pero el rey le respondió a Arauna:—Eso no puede ser. No voy a ofrecer al Señor mi Dios holocaustos que nada me cuesten. Te lo compraré todo por su precio justo.Fue así como David compró la parcela y los bueyes por cincuenta monedas de plata.
25 Allí construyó un altar al Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Entonces el Señor tuvo piedad del país, y se detuvo la plaga que estaba afligiendo a Israel.