55 a tal grado que no compartirá con ellos nada de la carne de sus hijos que esté comiendo, pues será todo lo que le quede.»Tal será la angustia que te hará sentir tu enemigo durante el asedio de todas tus ciudades,
56 que aun la más tierna y sensible de tus mujeres, tan sensible y tierna que no se atrevería a rozar el suelo con la planta de los pies, no tendrá compasión de su propio esposo al que ama, ni de sus hijos ni de su hijas.
57 No compartirá el hijo que acaba de parir, ni su placenta, sino que se los comerá en secreto, pues será lo único que le quede. ¡Tal será la angustia que te hará sentir tu enemigo durante el asedio de todas tus ciudades!
58 »Si no te empeñas en practicar todas las palabras de esta ley, que están escritas en este libro, ni temes al Señor tu Dios, ¡nombre glorioso e imponente!,
59 el Señor enviará contra ti y contra tus descendientes plagas terribles y persistentes, y enfermedades malignas e incurables.
60 Todas las plagas de Egipto, que tanto horror te causaron, vendrán sobre ti y no te darán respiro.
61 »El Señor también te enviará, hasta exterminarte, toda clase de enfermedades y desastres no registrados en este libro de la ley.