15 Moisés volvió entonces del monte. Cuando bajó, traía en sus manos las dos tablas de la ley, las cuales estaban escritas por sus dos lados.
16 Tanto las tablas como la escritura grabada en ellas eran obra de Dios.
17 Cuando Josué oyó el ruido y los gritos del pueblo, le dijo a Moisés:—Se oyen en el campamento gritos de guerra.
18 Pero Moisés respondió:«Lo que escucho no son gritos de victoria,ni tampoco lamentos de derrota;más bien, lo que escucho son canciones.»
19 Cuando Moisés se acercó al campamento y vio el becerro y las danzas, ardió en ira y arrojó de sus manos las tablas de la ley, haciéndolas pedazos al pie del monte.
20 Tomó entonces el becerro que habían hecho, lo arrojó al fuego y, luego de machacarlo hasta hacerlo polvo, lo esparció en el agua y se la dio a beber a los israelitas.
21 A Aarón le dijo:—¿Qué te hizo este pueblo? ¿Por qué lo has hecho cometer semejante pecado?