31 Volvió entonces Moisés para hablar con el Señor, y le dijo:—¡Qué pecado tan grande ha cometido este pueblo al hacerse dioses de oro!
32 Sin embargo, yo te ruego que les perdones su pecado. Pero si no vas a perdonarlos, ¡bórrame del libro que has escrito!
33 El Señor le respondió a Moisés:—Sólo borraré de mi libro a quien haya pecado contra mí.
34 Tú ve y lleva al pueblo al lugar del que te hablé. Delante de ti irá mi ángel. Llegará el día en que deba castigarlos por su pecado, y entonces los castigaré.
35 Fue así como, por causa del becerro que había hecho Aarón, el Señor lanzó una plaga sobre el pueblo.