3 (En este tiempo, mientras Ezequiel hijo de Buzí estaba a orillas del río Quebar, en la tierra de los caldeos, el Señor le dirigió la palabra, y su mano se posó sobre él.)
4 De pronto me fijé y vi que del norte venían un viento huracanado y una nube inmensa rodeada de un fuego fulgurante y de un gran resplandor. En medio del fuego se veía algo semejante a un metal refulgente.
5 También en medio del fuego vi algo parecido a cuatro seres vivientes,
6 cada uno de los cuales tenía cuatro caras y cuatro alas.
7 Sus piernas eran rectas, y sus pies parecían pezuñas de ternero y brillaban como el bronce bruñido.
8 En sus cuatro costados, debajo de las alas, tenían manos humanas. Estos cuatro seres tenían caras y alas,
9 y las alas se tocaban entre sí. Cuando avanzaban no se volvían, sino que cada uno caminaba de frente.