3 »Por tanto, hijo de hombre, prepara tu equipaje; prepáralo para el exilio, y a plena luz del día, a la vista de todos, saldrás como quien va exiliado sin destino fijo. Tal vez así entiendan, aunque son un pueblo rebelde.
4 Saca tu equipaje a plena luz del día, a la vista de todos, y al caer la tarde ponte en marcha, a la vista de todos, como quien va al exilio.
5 También en presencia de todos, abre un agujero en el muro y sal por ahí con tu equipaje.
6 Al llegar la noche, mientras todos te estén viendo, ponte en marcha con el equipaje al hombro. Cúbrete la cara para que no puedas ver la tierra, porque de ti he hecho un presagio para el pueblo de Israel.»
7 Hice lo que se me había mandado, y a plena luz del día saqué mi bagaje, como quien va al exilio. Al caer la tarde abrí el agujero con mis propias manos, y al llegar la noche, en presencia de todos, salí con mi equipaje al hombro.
8 Por la mañana el Señor me dirigió la palabra:
9 «Hijo de hombre, con toda seguridad el pueblo rebelde de Israel te preguntará: “¿Qué estás haciendo?”