18 Cuando yo haga pedazos el yugo de Egipto, el día se oscurecerá en Tafnes. Así llegará a su fin el orgullo de su fuerza. Egipto quedará cubierto de nubes, y sus hijas irán al cautiverio.
19 Éste será su castigo, y así Egipto sabrá que yo soy el Señor.”»
20 El día siete del mes primero del año undécimo, el Señor me dirigió la palabra:
21 «Hijo de hombre, yo le he quebrado el brazo al faraón, rey de Egipto. Nadie se lo ha vendado ni curado para que recobre su fuerza y pueda empuñar la espada.
22 Por eso, así dice el Señor: “Estoy contra el faraón, rey de Egipto. Le quebraré los dos brazos, el sano y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano.
23 Voy a dispersar a los egipcios entre las naciones; voy a esparcirlos entre los países.
24 Fortaleceré a su vez los brazos del rey de Babilonia: pondré mi espada en sus manos y quebraré los brazos del faraón. Entonces él gemirá ante su enemigo como herido de muerte.