13 Y añadió: «Ya los verás cometer mayores atrocidades.»
14 Luego me llevó a la entrada del templo del Señor, a la puerta que da hacia el norte. Allí estaban unas mujeres sentadas, que lloraban por el dios Tamuz.
15 Entonces Dios me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves esto? Pues aún las verás cometer mayores atrocidades.»
16 Y me llevó al atrio interior del templo. A la entrada del templo, entre el vestíbulo y el altar, había unos veinticinco hombres que estaban mirando hacia el oriente y adoraban al sol, de espaldas al templo del Señor.
17 Me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves esto? ¿Tan poca cosa le parece a Judá cometer tales abominaciones, que también ha llenado la tierra de violencia y no deja de provocarme? ¡Mira cómo me enardecen, pasándome por la nariz sus pestilentes ramos!
18 Por eso, voy a actuar con furor. No les tendré piedad ni compasión. Por más que me imploren a gritos, ¡no los escucharé!»