4 y le dijo: «Recorre la ciudad de Jerusalén, y coloca una señal en la frente de quienes giman y hagan lamentación por todos los actos detestables que se cometen en la ciudad.»
5 Pero oí que a los otros les dijo: «Síganlo. Recorran la ciudad y maten sin piedad ni compasión.
6 Maten a viejos y a jóvenes, a muchachas, niños y mujeres; comiencen en el templo, y no dejen a nadie con vida. Pero no toquen a los que tengan la señal.» Y aquellos hombres comenzaron por matar a los viejos que estaban frente al templo.
7 Después les dijo: «Salgan y profanen el templo; llenen de cadáveres los atrios.»Ellos salieron y comenzaron a matar gente en toda la ciudad.
8 Y mientras mataban, yo me quedé solo, caí rostro en tierra y grité: «¡Ay, Señor y Dios! ¿Descargarás tu furor sobre Jerusalén y destruirás a todo el resto de Israel?»
9 El Señor me respondió: «La iniquidad del pueblo de Israel y de Judá es extremadamente grande. El país está lleno de violencia; la ciudad, llena de injusticia. Ellos piensan: “El Señor ha abandonado el país. No hay ningún Señor que vea.”
10 Por eso no les tendré piedad ni compasión, sino que les pediré cuentas de su conducta.»