38 Entonces el faraón les preguntó a sus servidores:—¿Podremos encontrar una persona así, en quien repose el espíritu de Dios?
39 Luego le dijo a José:—Puesto que Dios te ha revelado todo esto, no hay nadie más competente y sabio que tú.
40 Quedarás a cargo de mi palacio, y todo mi pueblo cumplirá tus órdenes. Sólo yo tendré más autoridad que tú, porque soy el rey.
41 Así que el faraón le informó a José:—Mira, yo te pongo a cargo de todo el territorio de Egipto.
42 De inmediato, el faraón se quitó el anillo oficial y se lo puso a José. Hizo que lo vistieran con ropas de lino fino, y que le pusieran un collar de oro en el cuello.
43 Después lo invitó a subirse al carro reservado para el segundo en autoridad, y ordenó que gritaran: «¡Abran paso!» Fue así como el faraón puso a José al frente de todo el territorio de Egipto.
44 Entonces el faraón le dijo:—Yo soy el faraón, pero nadie en todo Egipto podrá hacer nada sin tu permiso.