1 El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo.
2 Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.
3 Y se decían el uno al otro:«Santo, santo, santo es el SeñorTodopoderoso;toda la tierra está llena de su gloria.»
4 Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo.
5 Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!»