8 pero si la nación de la cual hablé se arrepiente de su maldad, también yo me arrepentiré del castigo que había pensado infligirles.
9 En otro momento puedo hablar de construir y plantar a una nación o a un reino.
10 Pero si esa nación hace lo malo ante mis ojos y no me obedece, me arrepentiré del bien que había pensado hacerles.
11 Y ahora habla con los habitantes de Judá y de Jerusalén, y adviérteles que así dice el Señor: “Estoy preparando una calamidad contra ustedes, y elaborando un plan en su contra. ¡Vuélvanse ya de su mal camino; enmienden su conducta y sus acciones!”
12 Ellos objetarán: “Es inútil. Vamos a seguir nuestros propios planes”, y cada uno cometerá la maldad que le dicte su obstinado corazón.»
13 Por eso, así dice el Señor:«Pregunten entre las naciones:¿Quién ha oído algo semejante?La virginal Israelha cometido algo terrible.
14 ¿Acaso la nieve del Líbanodesaparece de las colinas escarpadas?¿Se agotan las aguas fríasque fluyen de las montañas?