25 Daré de beber a los sedientos y saciaré a los que estén agotados.»
26 En ese momento me desperté, y abrí los ojos. Había tenido un sueño agradable.
27 «Vienen días —afirma el Señor— en que con la simiente de hombres y de animales sembraré el pueblo de Israel y la tribu de Judá.
28 Y así como he estado vigilándolos para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y para traer calamidad, así también habré de vigilarlos para construir y plantar —afirma el Señor—.
29 En aquellos días no volverá a decirse:»“Los padres comieron uvas agrias,y a los hijos se les destemplaron los dientes.”
30 Al contrario, al que coma uvas agrias se le destemplarán los dientes, es decir, que cada uno morirá por su propia iniquidad.
31 »Vienen días —afirma el Señor— en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y con la tribu de Judá.