8 »En efecto, conforme a la palabra del Señor, mi primo Janamel vino a verme en el patio de la guardia y me dijo: “Compra ahora mi campo que está en Anatot, en el territorio de Benjamín, ya que tú tienes el derecho y la responsabilidad de comprarlo por ser el pariente más cercano.” Entonces comprendí que esto era palabra del Señor,
9 y le compré a mi primo Janamel el campo de Anatot por diecisiete monedas de plata.
10 Reuní a los testigos, firmé la escritura, la sellé, y pagué el precio convenido.
11 Luego tomé la copia sellada y la copia abierta de la escritura con las condiciones de compra,
12 y se las entregué a Baruc, hijo de Nerías y nieto de Maseías, en presencia de Janamel, de los testigos que habían firmado la escritura, y de todos los judíos que estaban sentados en el patio de la guardia.
13 Con ellos como testigos, le ordené a Baruc:
14 “Así dice el SeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: ‘Toma la copia sellada y la copia abierta de esta escritura, y guárdalas en una vasija de barro, para que se conserven mucho tiempo.’