15 Éstos estaban enfurecidos contra Jeremías, así que luego de golpearlo lo encarcelaron en la casa del cronista Jonatán, ya que la habían convertido en prisión.
16 Así Jeremías fue encerrado en un calabozo subterráneo, donde permaneció mucho tiempo.
17 El rey Sedequías mandó que trajeran a Jeremías al palacio, y allí le preguntó en secreto:—¿Has recibido alguna palabra del Señor?—Sí —respondió Jeremías—, Su Majestad será entregado en manos del rey de Babilonia.
18 A su vez, Jeremías le preguntó al rey Sedequías:—¿Qué crimen he cometido contra Su Majestad, o contra sus ministros o este pueblo, para que me hayan encarcelado?
19 ¿Dónde están sus profetas, los que profetizaban que el rey de Babilonia no los atacaría ni a ustedes ni a este país?
20 Pero ahora, ruego a Su Majestad me preste atención. Le pido que no me mande de vuelta a la casa del cronista Jonatán, no sea que yo muera allí.
21 Entonces el rey Sedequías ordenó que pusieran a Jeremías en el patio de la guardia y que, mientras hubiera pan en la ciudad, todos los días le dieran una porción del pan horneado en la calle de los Panaderos. Así fue como Jeremías permaneció en el patio de la guardia.