24 Nos ha llegado la noticia,y nuestras manos flaquean;la angustia nos domina,como si tuviéramos dolores de parto.
25 ¡Viene el enemigo armado con espada!No salgan al campo,ni transiten por los caminos.¡Hay terror por todas partes!
26 Vístete de luto, pueblo mío;revuélcate en las cenizas.Llora amargamente,como lo harías por tu primogénito,porque nos cae por sorpresael que viene a destruirnos.
27 «Te he puesto entre mi pueblocomo vigía y atalaya,para que escudriñesy examines su conducta.
28 Todos ellos son muy rebeldes,y andan sembrando calumnias;sean de bronce o de hierro,todos son unos corruptos.
29 Los fuelles soplan con furor,y el plomo se derrite en el fuego,pero los malvados no se purifican;¡de nada sirve que se les refine!
30 Por eso se les llama “Escoria de la plata”:¡para el Señor son un desecho!»