2 que hablara con toda la asamblea de los israelitas y les dijera: «Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo.
3 »Respeten todos ustedes a su madre y a su padre, y observen mis sábados. Yo soy el Señor su Dios.
4 »No se vuelvan a los ídolos inútiles, ni se hagan dioses de metal fundido. Yo soy el Señor su Dios.
5 »Cuando le ofrezcan al Señor un sacrificio de comunión, háganlo de tal manera que el Señor lo acepte de buen grado.
6 Cómanselo el día en que lo sacrifiquen, o al día siguiente. Lo que sobre para el tercer día deberán quemarlo.
7 Si alguien lo come al tercer día, tal sacrificio no le será válido, pues la carne ya se habrá descompuesto.
8 Cualquiera que lo coma sufrirá las consecuencias de su pecado por profanar lo que ha sido consagrado al Señor. Tal persona será eliminada de su pueblo.