32 De tal manera asolaré al país, que sus enemigos que vengan a ocuparlo quedarán atónitos.
33 Los dispersaré entre las naciones: desenvainaré la espada, y los perseguiré hasta dejar desolada su tierra, y en ruinas sus ciudades.
34 Entonces la tierra disfrutará de sus años sabáticos todo el tiempo que permanezca desolada, mientras ustedes vivan en el país de sus enemigos. Así la tierra descansará y disfrutará de sus sábados.
35 Mientras la tierra esté desolada, tendrá el descanso que no tuvo durante los años sabáticos en que ustedes la habitaron.
36 »En cuanto a los que sobrevivan, tan profundo será el temor que les infundiré en tierra de sus enemigos, que hasta el susurro de una hoja movida por el viento los pondrá en fuga. Correrán como quien huye de la espada, y caerán sin que nadie los persiga.
37 Como si huyeran de la espada, tropezarán unos con otros sin que nadie los persiga, y no podrán hacerles frente a sus enemigos.
38 Perecerán en medio de las naciones; el país de sus enemigos los devorará.