2 Ante sus compañeros y el ejército de Samaria dijo:—¿Qué están haciendo estos miserables judíos? ¿Creen que se les va a dejar que reconstruyan y que vuelvan a ofrecer sacrificios? ¿Piensan acaso terminar en un solo día? ¿Cómo creen que de esas piedras quemadas, de esos escombros, van a hacer algo nuevo?
3 Y Tobías el amonita, que estaba junto a él, añadió:—¡Hasta una zorra, si se sube a ese montón de piedras, lo echa abajo!
4 Por eso oramos:«¡Escucha, Dios nuestro,cómo se burlan de nosotros!Haz que sus ofensas recaigan sobre ellos mismos:entrégalos a sus enemigos;¡que los lleven en cautiverio!
5 No pases por alto su maldadni olvides sus pecados,porque insultan a los que reconstruyen.»
6 Continuamos con la reconstrucción y levantamos la muralla hasta media altura, pues el pueblo trabajó con entusiasmo.
7 Pero cuando Sambalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los asdodeos se enteraron de que avanzaba la reconstrucción de la muralla y de que ya estábamos cerrando las brechas, se enojaron muchísimo
8 y acordaron atacar a Jerusalén y provocar disturbios en ella.