7 Pero no todos tienen conocimiento de esto. Algunos siguen tan acostumbrados a los ídolos, que comen carne a sabiendas de que ha sido sacrificada a un ídolo, y su conciencia se contamina por ser débil.
8 Pero lo que comemos no nos acerca a Dios; no somos mejores por comer ni peores por no comer.
9 Sin embargo, tengan cuidado de que su libertad no se convierta en motivo de tropiezo para los débiles.
10 Porque si alguien de conciencia débil te ve a ti, que tienes este conocimiento, comer en el templo de un ídolo, ¿no se sentirá animado a comer lo que ha sido sacrificado a los ídolos?
11 Entonces ese hermano débil, por quien Cristo murió, se perderá a causa de tu conocimiento.
12 Al pecar así contra los hermanos, hiriendo su débil conciencia, pecan ustedes contra Cristo.
13 Por lo tanto, si mi comida ocasiona la caída de mi hermano, no comeré carne jamás, para no hacerlo caer en pecado.