2 Así, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios.
3 En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir,
4 porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.
5 ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
6 Éste es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo mediante agua, sino mediante agua y sangre. El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad.
7 Tres son los que dan testimonio,
8 y los tres están de acuerdo: el Espíritu, el agua y la sangre.